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Espero que les guste lo que escribo.

lunes, 27 de febrero de 2012

Café Filosófico "¿Querer es poder?"

Si querer es poder, ¿por qué no logramos todo lo que queremos? ¿Es falta de voluntad?

Si lograr lo que quiero me enseña a conocer mis capacidades, ¿qué me enseña el no lograrlo?

¿En qué sentido puedo decir que mi voluntad es mía? ¿En qué sentido no lo es?

¿Es posible que queramos y no queramos algo al mismo tiempo?

¿Cuál es la relación entre voluntad, deseo y razón?

Una dosis de humildad

“La humildad es una tristeza nacida de la consideración que el hombre tiene de su impotencia o de su debilidad”

Spinoza

La humildad nunca ha sido una virtud muy popular, probablemente porque implica la tristeza de no ser más que uno mismo. Cuesta tanto trabajo tomar distancia de la gloriosa idea que cada uno se hace de su propia persona que, como dice Comté-Sponville, “todo conocimiento es una herida narcisista”.

Los grandes descubrimientos científicos de nuestra era parecen ser un desafío a la humildad: “¿No que no se podía volar? ¿Así que es imposible trasplantar un riñón? Nosotros lo hemos logrado”. En realidad la ciencia y la tecnología derivan más de la humildad que de la vanidad o el orgullo, porque ser humilde no consiste en menospreciarse sino en reconocer la propia valía y las propias posibilidades. Hasta ahí.

Hoy la humildad parece aún más difícil de alcanzar, porque hemos asumido la consigna de la sociedad moderna: “Nada es imposible”. Si a eso le sumamos el valor que se otorga a la voluntad, “Si quieres, puedes”, y a la imagen que proyectamos “Como te ven, te tratan”, es comprensible la dificultad que enfrentamos cuando queremos aceptarnos como somos. Más bien optamos por ser nuestros propios promotores y por desafiar las limitaciones, heredadas o adquiridas, que nos caracterizan. Esto es sensato y loable, cuando están dadas las condiciones mínimas para lograrlo.

Lo difícil, como siempre, es distinguir cuándo la aceptación de sí mismo es una actitud cobarde y resignada, y cuándo una virtud. Quizá una de las claves esté en los objetivos que se buscan y en las posibilidades de alcanzarlos. Si una persona común y corriente se dedica a estudiar, reconociendo su ignorancia, para saber más o tener más posibilidades de empleo, por ejemplo, nos da la idea de que su propósito es desarrollar sus potencialidades. Pero si su intención es superar a Einstein u obtener el reconocimiento de la comunidad internacional, es más fácil que se trate de una cuestión de vanidad, de desconocer sus límites. En otros campos, las fronteras son más difusas: ¿La cirugía plástica es una falta de humildad, de aceptarse con sus defectos y su edad o una manera de mejorar? Nuevamente, apuntamos al objetivo: ¿lo que se busca es algo factible verse mejor, o huir de la vejez?

Y la vejez es, precisamente, una de las etapas de la vida que requiere más humildad para aceptar con tristeza pero sin amargura que las piernas no responden como antes, que no se puede viajar sin compañía, que es imprudente conducir un auto, que la vida se va achicando a la medida de nuestras posibilidades. Aceptar los procesos sin odio, sin envidia, sin hacer sentir culpable a nadie supone una dosis de humildad que, supongo, hay que ir creando a lo largo de la vida.

Esther Charabati

Café Filosófico (Etapa 0)

Les cuento, el pasado 18 de Enero recibí un correo que, a decir verdad, me pareció un poco extraño por dos razones: la primera fue que me lo hizo llegar una persona con un nombre que a mi particular punto de vista se me hizo raro y dos, porque, a pesar de ser un correo de alguien ajeno a mis conocidos, resultó que no era SPAM, sino una invitación a algo que me resultó por demás interesante.

La invitación decía que cada lunes se reunían en un café de la cd. de México hombres y mujeres a platicar sus inquietudes de la vida cotidiana y así.

Desgraciadamente pues yo vivo en Tepic (y el desgraciadamente no lo digo por el gobierno municipal cuasi-invisible que tenemos, no vayan ustedes a creer...) y obviamente no iba a ir cada lunes a esas reuniones, entonces, le contesté que gracias por la invitación pero que no podía asistir, y ella me contestó diciéndome: "No te preocupes, te puedo mandar la información semana a semana..."

Los temas que me manda son por demás interesantes así que decidí pedir su autorización para publicarlos en mi humilde blog, a lo cual me respondió afirmativamente.

Y es así cómo nace esta pequeña sección en mi blog, donde únicamente haré una transcripción fiel (lease "Copy-Paste") de lo que me manda ésta escritora, que hasta ahorita sigue siendo un misterio para ustedes, su nombre es Esther Charabati.

Espero les guste ésta sección que hoy inicia.

viernes, 17 de febrero de 2012

El México que yo quiero...

Les cuento:

A la hija de un compañero de trabajo le dejaron de tarea preguntarle a varias personas cómo les gustaría que fuera el México del futuro y escribí algunas cosas pero siento que me faltaron otras...

1.- El México que yo quiero es un México donde la política es una herramienta para servir al pueblo y no para servirse del pueblo.
2.- En el México que yo quiero ver a un policía uniformado te hace sentir orgulloso y no temeroso.
3.- En el México que yo quiero se vota por las propuestas, no por lo pegajoso de las canciones.
4.- En el México que quiero se apoya al otro a caminar, y no se le mete el pie para que tropiece.
5.- En el México que quiero sabemos que el dinero no es lo más importante en la vida.
6.- En el México que quiero nos preocupamos por el prójimo como nos preocupamos por nosotros mismos.
7.- En el México que quiero le enseñamos a los pequeños a amar a su país y no a añorar costumbres de otros.
8.- En el México que quiero valoramos nuestras tradiciones como las valoran los extranjeros...
9.- En el México que quiero no hay muertes violentas.
10.- En el México que quiero lo más grave que leerás en el periódico es: "¡Perro ataca a un transeúnte!"
11.- En el México que quiero los medios se limitarán a decir la verdad como es y no SU verdad, acomodándola a los intereses de algunos.
12.- En el México que quiero todos recuperaremos la memoria y recordaremos lo que es ser una raza luchadora, provenientes de una cultura del esfuerzo.

Que bonito sería vivir en el México que quiero...